La columna de José G. Martínez Fernández.¿Qué tienen que ver los bancos con el arte?
Poco. Demasiado poco.
O mucho. Demasiado.
En Chile ya se ha hecho una constante que los bancos practiquen el arte del engaño.
Mala arte, porque, ¿qué relación puede haber entre el dinero, la función bancaria
y el arte?
Bueno: dejémonos de rodeo y contemos una singular historia de sinvergüenzura.
La experiencia vivida es digna de un cuento y aquí el cuentero es un Banco o los confundidos funcionarios del mismo.
Ocurrió en la Sucursal principal de BancoEstado de la ciudad de Arica –ése que está en 21 de Mayo entre las calles Colón y Bolognesi- en la sección Atención al Cliente.
Allí pedimos se nos hiciera un Vale Vista y señalamos que éramos clientes de dicho banco.
Quien realizó la operación se llama Leonardo Contreras San Martín. Cuando emitió el documento dijo que había que cancelar más de seis mil pesos…
Pero, ¿cómo era posible eso?
Hacía dos meses había pagado por un instrumento igual una suma mayor a dos mil pesos.
Se había multiplicado el VALOR POR TRES VECES.
No era lógico.
“Piteamos”.
Dijimos cuánto nos había costado ese instrumento hace dos meses.
Me dijo que conversara con su jefa.
La Jefa de Atención Clientes: María Antonieta Donoso.
Lo hicimos.
Ella fue donde Leonardo Contreras y volvió justificando el cobro.
Sí, en dos meses el costo se había MULTIPLICADO POR TRES.
Nuestra irritación fue mayúscula.
Reclamamos, pero no conseguimos nada. A pagar, señor. A pagar las ganas.
La Sra. Donoso dijo que no era culpa de ellos, sino que del Banco, que si yo iba a denunciar lo hiciera contra la institución: BANCOESTADO DE CHILE.
Pues bien, así sale esta denuncia.
Éste no es un cuento, señores.
Al menos no de nosotros.
Guardamos las pruebas.
ES UNA SINVERGÜENZURA.
La Sra. Donoso culpó al Banco.
Pues, entonces, el cuentero es el BANCOESTADO.
Y esta historia seguirá en el SERNAC Arica.
