13 abr 2009

EL MUSIQUERO, AQUELLA GRAN REVISTA DE ANTAÑO


La columna de José G. Martínez Fernández.


EL MUSIQUERO fue una extraordinaria revista destinada a difundir entrevistas y temas musicales de autores tan célebres como Violeta Parra, Víctor Jara, Rolando Alarcón, Lucho Gatica y muchos más. Junto a ello también difundió la poesía. Nació en 1964, desapareció en 1976. Su legado es imborrable.

Le tengo un gran cariño a la revista EL MUSIQUERO. Yo escribí en ella en sus últimos dos años (1975-1976).

Me había llevado hasta ella el periodista Ernesto Olivares, quien luego trabajó en los Estados Unidos y, vuelto a Chile, en importantes medios de comunicación escritos y radiales a nivel nacional. Ernesto era una lumbrera intelectual. Sabía tanto de música popular y docta, como de literatura e historia y de deportes: su pasión.

Era un ser humano bueno, muy bueno. Solidario: compartía lo poco que en la época de EL MUSIQUERO recibía. Estaba casado con la hija de Óscar Olivares, “el perla chico”.

Cuando EL MUSIQUERO iba a morir (junio de 1976) Óscar Olivares me obsequió un larga duración de vinilo con canciones del dúo que integraba junto a Luis Castillo: LOS PERLAS.

Óscar Olivares era la sencillez misma. Esa sencillez que junto a su compañero repartió por el mundo difundiendo la llamada cueca urbana y brava.

Instalado el gobierno militar don Óscar Olivares siguió con su proyecto, aunque su revista estaba “marcada” por haber realizado varias entrevistas a QUILAPAYÚN y a Víctor Jara y a tantos otros baluartes de la llamada canción comprometida.

En las páginas de EL MUSIQUERO se vertieron entrevistas y canciones no sólo de los citados, sino también de Rolando Alarcón, Eduardo Gatti, Violeta Parra, y otros reconocidos miembros de la canción social, al mismo tiempo que no por ello se dejó de lado a Lucho Gatica, Antonio Prieto y otros célebres intérpretes y compositores.

No tenía sectarismos don Óscar Olivares ni su yerno Ernesto Olivares. Las únicas obligaciones que exigía eran crónicas de calidad y veraces.

Artistas y grupos musicales a nivel mundial aparecieron reseñados en EL MUSIQUERO: LOS BEATLES, ROLLING STONES, Raphael, Nino Bravo y muchos más. No sólo sus canciones, sino sus historias, análisis y entrevistas.

Aparte de ello se abrió en el medio un espacio a los poetas populares.

Por ello yo no entiendo a algunos, pocos, que dicen que EL MUSIQUERO era una mala revista. Obviamente puede haberlo sido para quienes sufrieron el rechazo porque no fueron aceptados por la mediocridad de sus temas o de sus voces. EL MUSIQUERO era muy selectivo.

Recuerdo que –a través mío-se intentó que llegaran hasta Óscar Olivares y su yerno obras de unas personas apellidadas Ulloa, Yáñez, entre otras. Textos horribles, que no valía la pena que don Óscar perdiera, a pesar de su voluntad, el tiempo en ellos.

Incluso –recuerdo bien- Ulloa había copiado casi íntegramente un texto de Jairo. Eso me recordó cuando, siendo jurado de un concurso de poesía en Arica, nos llegó un poema famoso –Madrigal, de Gutierre de Cetina- y que se atribuía un humilde muchacho que yo conocía. El plagio fue advertido por la profesora universitaria y poeta Alicia Galaz, por el bardo Oliver Welden y por todo el jurado. Lo descalificamos en la primera vuelta de selección. Florencio Faúndez, con un excelente poema, se llevó el primer lugar en forma unánime.

Ernesto Olivares tenía la misma percepción de la calidad. No iba a perder el tiempo en esas “letras” de una pobreza espantosa o vulgares copias.

Tengo entendido que Óscar Olivares y Luis Castillo (LOS PERLAS) han desaparecido. De mi buen amigo Ernesto Olivares no sé hace años. Quizás esta crónica permita reencontrarnos y brindar juntos por EL MUSIQUERO y su gran aporte a la música, a los compositores musicales, a los poetas populares y a otros valores.

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